Constantemente resurge el debate recurrente acerca de cuál es el arte marcial más poderoso, o el efectivo. Seguramente has escuchado frases como «este arte marcial no sirve en la calle» o «no es efectivo en la competición», entre otros argumentos comunes.
En mi opinión, la respuesta a cuál es el mejor arte marcial es bastante clara: aquel que mejor se adapte a tus necesidades y requerimientos.
Consideremos el ejemplo de la compra de un vehículo. Antes de adquirirlo, es natural pensar en cómo lo usarás: ¿será para uso personal o familiar? ¿Necesitarás capacidad de carga? ¿Lo usarás principalmente en la ciudad, en terrenos montañosos o en el desierto? Otro de los factores clave a considerar es el presupuesto disponible o el límite de gasto que estás dispuesto a establecer. Al tener en cuenta estos requisitos, podrás identificar modelos que se ajusten a tus necesidades en términos de tamaño, rendimiento, eficiencia de combustible e incluso diseño estético.
Siguiendo con el mismo ejemplo, supongamos que has identificado que necesitas una pequeña furgoneta para transportar materiales en tu trabajo o un vehículo familiar para llevar a tu pareja e hijos. ¿Dejarías de comprarlo solo porque no es un vehículo diseñado para competir en la Fórmula 1?
Considerando el precio, si estás buscando un vehículo de lujo como un Rolls Royce, no esperes encontrarlo al precio de una motocicleta.
¿Adónde quiero llegar con todo esto? Cuando estás buscando identificar el mejor arte marcial para ti, es crucial considerar primero para qué la usarás. No todos los practicantes de artes marciales, ni siquiera la mayoría, tienen como objetivo competir. Por lo tanto, elegir una disciplina solo porque es popular en la UFC, el boxeo u otros deportes de contacto no necesariamente es la mejor manera de tomar una decisión. No tengo nada en contra de estas disciplinas. Si es lo que te gusta, ¡adelante! Pero es importante reflexionar primero y determinar si realmente es lo que más te conviene.
Pero, ¿me protegerá en la calle? La protección más efectiva, sin duda alguna, es la prevención. Piensa honestamente en el último año cuántas veces has necesitado enfrentarte a una pelea en tu vida diaria. Me refiero a peleas que hayan sido completamente inevitables. Seguramente no tantas. Esto no significa que no debas prepararte, al contrario, la preparación es clave. Sin embargo, incluso entrenando un arte marcial «efectivo», no te garantiza estar a salvo en todas las situaciones ni contra todos los oponentes. Imagina que comienzas a entrenar boxeo ahora, ¿eso te permitiría vencer a Tyson u otro boxeador de alto nivel? Lo más probable es que no. Lo mismo ocurre en la calle, donde podrías encontrarte con alguien más fuerte, mejor preparado, armado o en mayor número, entre otros desafíos.
En mi opinión, el estilo no es tan crucial como la preparación, lo cual me lleva al último punto: el compromiso. Mis alumnos a menudo me preguntan: «¿Por qué hace cierta cosa tan bien?» En comparación con ellos, ejecuto ciertos movimientos con mayor habilidad. Esto se debe, en primer lugar, a que llevo 20 años dedicado a las artes marciales. He viajado a lugares como Japón y las Islas Baleares para entrenar con instructores de calidad y aprender más. Incluso ahora, no pasa un solo día sin que dedique al menos un pequeño momento al entrenamiento en artes marciales. Esto significa que he invertido mucho tiempo, esfuerzo y dinero en aprender todo lo que sé hoy. Volviendo al ejemplo del vehículo, no esperes encontrar un Rolls Royce al precio de una motocicleta.
Las artes marciales son verdaderamente un arte que necesitan esfuerzo y dedicación. Ciertamente, se pueden encontrar prácticas efectivas a un costo relativamente bajo. Pero si te apasionan las artes marciales, ésta es una actividad para toda la vida.
Espero que todo lo discutido te haya dado qué reflexionar. Si necesitas ayuda con el diseño y mantenimiento de tu «vehículo» en el mundo de las artes marciales, no dudes en ponerte en contacto conmigo. Estoy aquí para ayudarte.
